25 sept 20193 Min. de lectura

El peligro de la justificación

Según el diccionario justificar significa:

<<Exponer razones o presentar documentos para demostrar que algo es admisible o no censurable, inadecuado o inoportuno>>.

¿Te suena haber escuchado alguna vez decir a alguien (lo más probable a una abuela o una madre) “no lo ha hecho con maldad” “no te lo tomes así. Él/ella actúa así porque le importas” pero la sensación que te da, es la de no tener argumentos para justificar algo?

Bien pues todos tenemos esa abuela/madre dentro de nosotros. Y justificamos un sinfín de comportamientos propios y ajenos.

El peligro de la propia justificación:

“No voy a salir con los amigos es que estoy cansada”
“No voy a presentar el currículum, seguro que no me van a coger, además el trabajo que tengo no está tan mal, un par de añitos más aquí igual me vendría bien”
“No me voy a presentar al examen puesto que me encuentro físicamente regular”

Todas estas excusas, aunque parezcan lícitas, pueden ser justificaciones para no hacer algo. Inclusive las físicas: si algo nos da miedo, podemos inconscientemente crear una somatización para justificar el hecho de quedarnos en casa.

No me refiero a que un día te siente mal el puchero. Me refiero a que siempre que te sale una oportunidad para hacer algo que te da miedo/vergüenza/pereza, da la casualidad de que te duele el estómago o la cabeza.

El peligro de la justificación ajena:

Por el contrario cuando justificamos a los demás, los eximimos de responsabilidades, y eso puede ser muy peligroso.

Si tienes un compromiso con otra persona y esa persona tiene por costumbre no aparecer alguna vez sin avisar“: "es que funganito es siempre un despistado, que le voy a hacer”.
Si tu jefe te chilla en la oficina “es que está bajo mucha presión, en realidad es buena gente”
Que tu pareja tome siempre la iniciativa en todos los restaurantes a los que vais, o flirtee mucho con otras personas “Él/ella es que es muy asertivo, ojalá yo tuviera esa cualidad”
O cuando una pareja te hace daño, “es que le amo, si en el fondo es buena gente” o “no me importa que haga tal o cual (siendo incómodo para ti en realidad)”

Y esto señores, es la actitud perfecta para no avanzar en la vida y para sufrir abuso por parte de los demás.

Si yo justifico al otro continuamente, siempre me tratará igual de mal. Y la gente no es tan estúpida/despistada/inocente como queremos creer a veces.

La gente sabe perfectamente lo que está haciendo.

Si esa persona no supiera lo que hace, tendría un tutor legal que tomaría las decisiones por él/ella. ¡¿Tiene un tutor legal?! ¡Pues entonces sabe perfectamente lo que hace! Deja de justificar a los demás, la responsabilidad es necesaria para una vida madura y de respeto. Tanto con nosotros mismos, como con los demás.

¿porqué justificamos?

Para evitar una situación incómoda o evitar tomar una decisión.

Pero la situación incómoda se tendrá que dar en algún momento inevitablemente. Es imposible estar bien con alguien al 100% toda la vida. Eso no es sano. Significaría que uno de los dos no se está comunicando bien.

Las relaciones interpersonales tienen algún conflicto siempre (aunque no tiene porqué ser uno muy serio) pero eso es lo que hace que las relaciones avancen.

¡OJO! No el conflicto porque si. Una relación basada en conflicto y sin avance tampoco de bueno. Pero que surja el conflicto en una relación es normal y necesario.

Postergar decisiones no suele ser la mejor opción la mayoría de las veces. Postergar dejar a una pareja que no es sana, postergar dejar un trabajo donde estás siendo explotado, postergar tener que decir algo importante, postergar un divorcio por unos hijos, postergar denunciar a tu abusador…Nunca trae nada bueno.

iEl momento y las conduciones perfectas jamás se van a dar, siempre pasará algo que te servirá de excusa para no avanzar. El momento es ahora y nunca es tarde.

Ir tarde es otra excusa “ya que voy tarde, mejor no voy” “ya es tarde para mi”