23 oct 20193 Min. de lectura

La solución a la indecisión

Hoy vamos a hablar de la toma de decisiones:

La dificultad en tomar una decisión (la indecisión), es la necesidad de tomar la decisión perfecta, el miedo a equivocarse.

La decisión perfecta no existe.

Puede haber una decisión con más ventajas que otra, puede que a tus ojos la decisión perfecta tenga ciertas características, pero la decisión perfecta no existe. La mejor entre varias posibles, sí, pero la perfecta no. Siempre hay algún aspecto negativo a corto o largo plazo.

Cuando decimos “si hubiese elegido la otra opción hubiera sido mejor”, no lo sabemos.

Para saber cual de las decisiones era la mejor opción, deberíamos haber experimentado ambas a la vez para poder comparar. Y eso es físicamente imposible.

“Uff tendría que haber pedido hamburguesa en lugar de pizza” ¿pero y si la pizza hubiera venido quemada, o en mal estado? Entonces hubieras dicho "tendría que haber pedido hamburguesa en lugar de pizza".

Arrepentirse de una decisión, no significa que la otra hubiera sido mejor. Ni que esta haya sido la peor.

“hubiera sido mejor si me hubiera ido antes en coche con Juan en lugar de quedarme con Laura hasta la madrugada…” eso lo dices ahora, igual si te hubieras ido con Juan, hubieras estado en tu casa pensando “hay que ver que tendría que haberme quedado con Laura para disfrutar la noche un poco más”

Tendemos a volver al pasado y anhelar cambiar el pasado, pero es imposible, al igual que no podemos ver el futuro para decidir lo mejor.

Hay tres formas de tomar una decisión:

De manera impulsiva: decisión rápida sin sopesar.

De manera evitativa: se retrasa tomar la decisión todo lo posible.

De manera racional: la manera equilibrada y la que vamos a comentar en este post.

Aceptar que a veces no salen las cosas como esperamos no es malo. Es necesario. Y no podemos pasarnos la vida lamentándonos o no tomando decisiones para no lamentarnos. Es más, aunque evites tomar decisiones, no tomar una decisión es una decisión en si, y también tienen consecuencias.

Voy a darte unos consejos para tomar la decisión, no perfecta, pero si tomar una decisión para tener el control sobre tu vida

(basado en el modelo de Nezu y D'Zurilla)

1. Lo primero es definir cuál es el problema en concreto.

No lo llames problema, llámalo reto.

Mi reto es: _____________

Si defines bien el reto, la mayor parte de la decisión estará tomada. Porque pasamos una situación compleja a términos manejables.

2. Define la finalidad de la decisión.

Que objetivo busco: _______________

O para más facilidad ¿qué quiero conseguir con esta decisión?

3. Busca todas las alternativas posibles a dicha situación.

Qué alternativas tengo: A, b, c, e...

4. Selección de la alternativa.

Para ello debemos fijarnos en los detalles.

Haz una cuadrícula para cada opción:

Traza una cruz en mitad de un folio dejando que las líneas se crucen perpendicularmente en el centro del folio (es decir, dividir el folio en cuatro partes iguales).

Arriba a la izquierda escribe aspectos positivos a corto plazo, arriba a la derecha aspectos positivos a largo plazo. Abajo a la izquierda aspectos negativos a corto plazo, abajo a la derecha aspectos negativos a largo plazo.

5. Elige la que consideres más correcta.

No la decisión perfecta, si no la que consideres más correcta en dicha situación.

Para ayudarte, pon un punto por cada valoración positiva y resta un punto por cada valoración negativa (haz esto en cada una de las alternativas, es decir, de cada cuadrícula que hayas hecho). Esto te dará (gracias a los números) una orientación hacia la mejor decisión. Pero no te olvides de tus valores.

Que una alternativa tenga mejor puntuación no significa que sea la mejor, antes debes preguntarte si te acerca a tus valores o te aleja de ellos.

Cuando la hayas seleccionado, comprométete con la decisión. Lo has valorado profundamente y la probabilidad de que sea la mejor alternativa es alta.