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Foto del escritorPsicóloga Deborah Godden

Qué hacer cuando estás harto de ser el "psicólogo" de los demás.

La semana pasada hablamos sobre “Cuan psicólogo eres”. Y hoy hablamos sobre los beneficios y perjuicios de “ser el psicólogo de tu familia y/o amigos”.

He puesto entre comillas la expresión para que nos entendamos, pero no porque esté de acuerdo con la expresión, en el post de la semana pasada te explico detalladamente porqué. Pero hoy eso no nos concierne. Hoy me preocupa el tema de la mediación intrafamiliar o entre amigos.

Se que hay de vosotros que siempre estáis dispuestos ayudar, a dar consejos y a mediar entre las discusiones de los demás. Intentas por todos los medios que haya paz.

Te sientes imprescindible y emocionalmente agotado.

Es como si a la vez que te gratifica ayudar, también tuviera un coste emocional para ti (aunque te convenzas de que estás haciendo lo mejor).


Voy a contarte algo que quizás no sepas... Las personas que requieren por norma general (esporádicamente a todos nos viene bien una ayuda) de una tercera persona para solucionar sus malos entendidos con otra persona. Están acostumbrados a que les ayude otra persona, por lo que ese es el principal motivo por el que no saben llegar a acuerdos.


Hay personas que no les interesa solucionar los problemas porque eso implica tener que cambiar y no quieren. Lo imponen por la fuerza o a través de manipulación emocional.

Esto es muy simplificado, no es una norma general.

Pero si quiero que entiendas de manera sencilla que no ayudas a nadie haciendo de mediador. Arreglas un bache pero no solucionas a largo plazo nada.


Pues eso es lo que pasa cuando haces de mediador. Los demás se acostumbran a que les arregles los problemas... Se acostumbran a necesitarte para poder arreglar su vida (o más bien su día, porque como ya te he explicado, no arreglas nada a largo plazo) que les animes para sentirse mejor porque están deprimidos.

Y cuando te autoconvences de que la próxima ve lo harán mejor es únicamente tu intentando no perder los nervios.

Tu tiempo es valioso, tu estabilidad emocional aún más. Debes cuidar de ella.
No eres imprescindibles. Los demás también son adultos.

Se que te sentirás culpable después de todo lo que llevas ayudando y teniendo que decir que no. Así que te voy a dejar una ayudita.


Cuando les digas “a mi no me metáis” se lo van a tomar mal porque siempre ayudas. Cuando alguien está acostumbra a tener algo siente que es un derecho que tiene sobre ti. Por lo que no te tomes personal lo que te digan. Están intentando no perder algo que consideraban suyo, quieren que les des algo que no les corresponde.



Lo primero que debes hacer es trabajar en tu interior la culpabilidad para que cuando digas no, no cedas ante el chantaje.



Como segundo punto te diría que hay formas de decir las cosas. Y aunque lo primero que te salga es “que te den por xxxxxxxx” lo que te interesa es que se entienda tu mensaje no empezar una discusión paralela.

La finalidad de la comunicación es esa comunicarse.

Por lo que algunas opciones podrían ser:

  • No soy vosotros, no puedo ayudaros por mucho que intentéis explicármelo siempre os pasa lo mismo. Baja mi afectuosa opinión sería bueno buscar un profesional que entienda verdaderamente el problema.

  • Te entiendo. Bueno habla con él/ella seguro que llegáis a un acuerdo.

  • Lo siento. No puedo atenderte estoy muy ocupado. (aunque con esta conseguirás que te pregunten una y otra vez. Lo que significa que tendrás que realizar la técnica del disco rayado: decir siempre que te pregunten “Lo siento. No puedo atenderte estoy muy ocupado”)

*puedes elegir solo una y usarla continuamente. La más efectiva sería la primera. O si te resulta muy violento. Piensa una estrategia y ve de menos a más difícil para ti.

Lo importante es que en esta situación no contenga:

  • Reproche (ya sea con lenguaje verbal o no verbal)

  • Insultos

  • No cuentes tus propias emociones e intereses (porque no lo van a entender en ese estado de alteración)

  • No lo personalices: que no contenga eventos del pasado

  • Que no trasmita falta de interés (en esta situación se suele interpretar como falta de afecto)

  • No crees una falsa expectativa que luego no cumplirás.

Si te sigues sintiendo atrapado, estoy a tu plena disposición si necesitas hablar con un profesional, pide una cita online conmigo.

Otra cosa a mencionar sería el estar viviendo, tener una pareja o familiar con algún tipo de trastorno mental como puede ser ansiedad, depresión, etc.

Tu función no es ayudar. Tu función es apoyar.

La diferencia está en que la primera es hacer cosas por la otra persona y la segunda es acompañarle en el proceso de sanidad.

Cuando entiendes esa diferencia, empatizas más y te cansas menos.

Recuerda que nadie nace sabiendo. No descartes pedir ayuda a un profesional.

Espero haberte ayudado. Lo que es importante para ti es importante para mi.


Deborah Godden

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