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Foto del escritorPsicóloga Deborah Godden

Cómo saber si tienes un Trastorno de la conducta alimentaria

Actualizado: 13 may 2020

Seguro que esperas salir de este post con un diagnóstico claro.

Pues te voy a decir que te voy a dar algo mejor. Te voy a dar unos criterios a través de los cuales evaluar si necesitas o no pedir ayuda (tú o alguien cercano).


Quiero que entiendas que no es beneficioso para ti sacar un autodiagnóstico. Para hacer un diagnóstico yo he necesitado 5 años de preparación. Y hay que tener mucho cuidado con los autodiagnósticos, o los diagnósticos dados a la ligera por los profesionales no cualificados como pueden ser los psicoterapeutas o coachings sin carrera universitaria de psicología. No recibas diagnósticos psicológicos de gente sin la carrera de psicología, igual que no deberías recibir diagnósticos médicos de profesionales que no hayan hecho la carrera de medicina. Porque puede llevarte a tomar malas decisiones.


Un diagnóstico puede ser de alivio “por fin sé lo que tengo, y tiene tratamiento” o bien un trauma “jo, otra dolencia más a mi larga lista de enfermedades, no me voy a recuperar, mi vida es una mierda”

Por lo que quiero que los temas delicados los trabajes en un entorno seguro.

Así que lo que te voy a dar, yo lo llamaría “señales de alarma”. Para que, si presentas algunas características de estas, sepas que necesitas ayuda.



Comencemos.


Síntomas de tener un posible Trastorno de la conducta alimentaria:


  • Preocuparse demasiado por el cuerpo

  • Preocuparse demasiado por el peso

  • Miedo importante a aumentar de peso

  • Quejarse de estar gordo o de partes del cuerpo que son gordas

  • Sentir pérdida de control durante un atracón (como si no pudieras dejar de comer o controlar lo que comes)

  • Episodios de comer mucho de una sentada

  • Forzar el vómito

  • Ejercicio para no aumentar de peso tras un atracón

  • Ejercicio intenso para bajar de peso

  • Usar laxantes, diuréticos, enemas

  • Beber mucha agua

  • Tomar batidos adelgazantes

  • Dietas muy estrictas

  • Ayunar cómo método para no aumentar de peso/o perderlo

  • No querer comer en público o delante de otras personas

  • Daño en los dientes y encías

  • Callosidades en los nudillos por la provocación de vómitos

  • Cambios bruscos de peso

  • Mentir sobre la cantidad de comida que se ingiere

  • Cubrirse con capas de ropa por vergüenza

  • Insomnio

  • Desinterés sexual

  • Pérdida de la regla

  • Retraimiento social

  • Pérdida de peso excesiva, o no lograr un aumento de peso previsto según el nivel del desarrollo

  • Que las personas de alrededor le digan que tiene un aspecto delgado

  • Fatiga

  • Mareos o desmayos

  • Pigmentación azulada en los dedos de la mano

  • Cabello fino o quebradizo, o pérdida de cabello

  • Vello suave como pelusa que cubre el cuerpo

  • Estreñimiento y dolor abdominal

  • Piel seca o amarillenta

  • Intolerancia al frío

  • Presión arterial baja

  • Deshidratación

  • Hinchazón de los brazos o las piernas

LA SOLUCIÓN: Acudir a terapia psicológica con la máxima premura.

En este post no te puedo dar un par de “TIPS” que te resolverán la vida.

Los problemas con la comida son un tema importante, porque la alimentación es vital para la supervivencia. Un Indice bajo de masa corporal puede ser muy peligroso.


¿Porqué acudir al psicólogo?

Porque los Trastornos de la conducta alimentaria se sustentan en pensamientos, creencias y emociones (si te hiciera falta apoyo de un nutricionista, el psicólogo te lo haría saber).

Lo que sí quiero que sepas es que cuanto antes trabajes, mejor. Evitarás que el problema se agrave.


No quiero que te avergüences por pensar que podrías tener un Trastorno de la conducta alimentaria, o por haber recaído. Hoy en día con la presión social que sentimos es bantante común.

Recuerda que aunque todos den la cara de estar estupendos, todos tienen su talón de Aquiles.


Detrás de cada rostro se esconde una historia. Y de ti depende que la tuya tenga un final feliz.

Así que, sea que crees que puedes tener problemas en tu relación con la comida, con tu aspecto físico, o hayas recaído habiendo sido la diagnosticada, no es el fin del mundo. Es el comienzo de una nueva oportunidad de superación, aprendizaje y crecimiento personal.

Recuerda que no eres la misma que hace años y no eres la misma que serás después de trabajar en ti misma. Mirarás hacia atrás y solo podrás decir "menos mal que pedí ayuda" "que bien estoy ahora".

Nada es para siempre. Todo lo malo se pasa.


Estoy a tu plena disposición si necesitas hablar con un profesional, pide una cita online conmigo.

Lo que es importante para ti es importante para mi.


Deborah Godden


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