15 ene 20204 Min. de lectura

La envidia

Antes de empezar quiero hacer una pequeña diferenciación entre dos conceptos: celos y envidia.

Los celos y la envidia no son lo mismo aunque sea usado indistintamente en conversaciones.

Los celos son el miedo a la pérdida de algo que se posee mientras que la envidia es desear algo que no se tiene.
Los celos se dan cuando hay una tercera persona, por el miedo a que le arrebaten lo que es suyo, mientras que la envidia es entre dos sujetos, el que envidia y el que posee el bien deseado por el otro.
En los celos predomina la sensación de traición, mientras que en la envidia predomina la sensación de injusticia.

Lo que sí tienen en común los celos y la envidia es que los dos están relacionados con una autoestima herida.

Tanto los celos como la envidia, no son malos únicamente por crear malestar, sino porque afectan a las relaciones personales. Y todo lo que afecte a nuestra vida diaria es característica básica para diagnosticar un trastorno psicológico. Es por ello que todo lo que incapacite nuestra capacidad de relacionarnos con otros correctamente y afecte a nuestra vida privada y social debe ser resuelto.

Sobre los celos ya tenéis un post publicado (haz clic para leer). Hoy vamos a hablar del concepto que nos faltaba, LA ENVIDIA.

La envidia es realmente dolorosa para el que la padece. Estudios han demostrado que se activan zonas cerebrales relacionadas con el dolor. Por lo que la envidia es igual a sufrimiento.

La persona que tiene envidia sufre al ver que otra persona posee un bien del que él es merecedor. Y es “totalmente injusto que él lo tenga y yo no”. Es por esto que la envidia hace aparecer reacciones defensivas contra la persona envidiada, tales como ironía, mofa, sarcasmo, difamación, etc. “Porque tienes algo que yo debería tener”

La envidia es principalmente negativa para el que la posee:

La envidia no resuelta se basa en una emoción de tristeza, injusticia y dolor “los demás tienen más que yo” “por qué no tengo esto si lo he hecho todo bien”… por lo que podría llegar a provocar un trastorno depresivo.
Además, las personas que son conscientes de su envidia sufren de culpabilidad y se sienten más miserables por ello.

La envidia es un mecanismo intrínseco que nos ayuda a superarnos. La envidia bien canalizada puede hacernos pasar de una situación que consideramos injusta a motivarnos para intentar llegar a una situación de igualdad.

Todos hemos sentido envidia alguna vez y no está mal admitirlo. Lo importante es aprender a canalizarla correctamente. Aprender a alegrarse genuínamente y aprender del otro observando actitudes positivas por las que ha llegado donde se ha propuesto.

La admiración ayuda a proyectar nuestra propia vida hacia una meta mejor en lugar de regodearnos en la pena por no tener lo que otros tienen. Para avanzar hay que mirarse uno mismo y potenciar cualidades, no criticar las de otros.

En resumen: ADMIRA Y APRENDE

“Nada es más digno de admiración en un hombre noble, que el saber aceptar e imitar las virtudes de los demás“

Confucio

Qué hacer cuando sientes que te envidian a ti:

Trabajar la envidia propia no es fácil, es por eso que no podemos hacer que otra persona deje de envidiarnos.

Imagínate por un momento que es verdad que tu le has quitado algo a alguien que "le corresponde", ¿cómo crees que se sentiría contigo? pues ese es el sentimiento que tendría hacia ti esa persona envidiosa (sentimiento injustificado, pero ese es el sentimiento al fin y al cabo).

Debes entender que por muy bien que quieras caerle a alguien, si esa persona no quiere, no quiere. Da igual lo bien que te portes con ella, el bien que hagas lo usará para mofarse. No podemos cambiar la percepción de otros aunque nos parezca injusta.

Es cierto que no podemos cambiar los pensamientos de otros hacia nosotros pero si podemos evitar estar cerca de esas personas para que su violencia pasivo-agresiva hacia nosotros nos salpique lo mínimo posible. Yo evitaría a esas personas.

"Si pero es que está en mi trabajo y los está envenenando a todos"

Sí, pero los demás no son idiotas, creen lo que quieren creer. Y es cuestión de tiempo que esa persona tóxica les salpique también a ellos y poco a poco todos sepan como es, quedándose sin relaciones de calidad.

Tiempo al tiempo. Aléjate, no toleres faltas de respeto por su parte y saca lo mejor de ti a los demás para que, como dice una cita bíblica que expresa perfectamente lo que estamos hablando, puedan ver como es cada cual.

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos

(Mateo 7: 16-18)