2 jul 20193 Min. de lectura

Cuando ni vive ni deja vivir

Hay personas que sienten que existe una conspiración contra ellas. Y tienen en la boca las mismas personas continuamente: “es que mi madre saca lo peor de mi” “la culpa de mi situación la tiene mi marido” “estoy así por tu culpa” y esto les “da derecho” a tratar de manera abusiva de quienes consideran responsables de su malestar. Esto da pie a una relación tóxica, donde la victima será quien esté a su alrededor.

También hay personas que culpabilizan a la situación o a sus circunstancias de todo mal, y lo usan para excusarse de sus malas conductas “La culpa la tiene el trabajo que tengo, estoy muy estresado” “la culpa la tiene el alcohol” etc., justificando así cualquier comportamiento negativo o irresponsable.

Al excusarse continuamente, al igual que los anteriores, no toman responsabilidad de su propia vida, tienen lo que se llama el locus de control externo (percepción que tiene una persona acerca de dónde se localiza el agente causal de los acontecimientos de su vida cotidiana. En este caso "La causa de mis males está fuera de mi")

Y aquí es donde radica el problema, en la no responsabilización de la propia vida. Esta es una manera de no vivir y no dejar vivir.

Sin responsabilidad no podemos avanzar en nuestra vida. Si no me responsabilizo de mi adicción al alcohol, jamás saldré de esa situación. Si no busco mi parte de responsabilidad en las cosas que me pasan, estaré amargado y cabreado con el mundo.

Responsabilizarse no es fácil, pero es el primer paso hacia la felicidad. Porque ves que tu felicidad no se ve influenciada por nadie, si no que está influenciada por ti mismo y tus decisiones (locus de control interno). Incluso cuando tienes una persona tóxica a tu alrededor, parte de tu responsabilidad es permitir ciertas actitudes a esa persona, aunque por supuesto, tu no tienes la culpa de que esa persona te trate así.

¿Qué hacemos cuando los demás no se responsabilizan y somos una diana en la cual descargan sus frustraciones?

Poner límites: No tenemos porqué permitir que otra persona pague sus frustraciones con nosotros.

Da igual las explicaciones "coherentes" que te de para justificarlo:

"Estoy de mala leche porque ayer no me dejaste dormir, a quién se le ocurre ponerse a limpiar cuando estoy descansando"
"Llevo un día malísimo y encima tu no tienes la comida preparada, para una cosa que te pido. Ya llevo el día atravesado por tu culpa"

Lo primero que debemos entender es, que las personas son responsables de sus actos independientemente de lo que les haya provocado la reacción. Si no, seríamos máquinas, todos reaccionaríamos exactamente igual ante el mismo estímulo. Como resulta que no es así, que cada uno reacciona de una manera diferente, significa que tenemos elección. Yo elijo si retirarme al calmarme para luego hablar de manera madura, o pegar una voz, levantar la mano e insultar.

¿Qué son los límites? Son un “hasta aquí” y un “se acabó”

Si te chillan, limítate a irte y decir “cuando dejes de gritar hablamos”
Si te atacan “porque tú...” te vas, no entres en discusiones que solo darán vueltas al mismo monotema sin posibilidad de hacer entrar en razón a la otra persona. Ya cuando todo se calme (más tarde en el día o incluso al día siguiente) puedes intentar abordar el tema.

Las personas pueden cambiar si, pero tienen que querer hacerlo.

No siempre son los demás las personas tóxicas, nosotros también podemos tener conductas tóxicas hacia los demás y hacia nosotros mismos. Y eso se soluciona siendo honesto con uno mismo, haciendo introspección:

¿Me estoy responsabilizando de mi vida o culpo a los demás de lo que me pasa?

Para saber la respuesta, escucha tu discurso durante una semana y mira hacia donde apuntas cuando te ocurre algo ¿apuntas hacia fuera o hacia dentro?¿quién es el responsable?

Anotación final: culpa no es lo mismo que responsabilidad. La culpa conduce al reproche, y lo que libera de ese reproche que te ancla al pasado es tomar responsabilidad. La cual te ayuda a mirar hacia el futuro.

Toma responsabilidad y sé el dueño de tu vida.