top of page

BLOG

Foto del escritorPsicóloga Deborah Godden

Expectativa vs Realidad: Decepción

¿Te suena la frase “No esperes nada de nadie así no te decepcionarán”?


Lo primero que pensarás es “¡Qué gran verdad!” pero yo te voy a explicar por qué no lo es.

Los extremos nunca fueron sanos. Y esta frase indica que no se debe confiar, y que si confías te decepcionarán. En esta frase no existe un punto intermedio, es confía o no confía.


Cuando conocemos a alguien por primera vez, apenas sabemos nada de esa persona. Así que rellenamos el resto de sus aspectos personales y gustos que no conocemos con los nuestros. Es algo así como “cree el ladrón que todos son de su condición”

Esperando de los demás lo que esperaríamos de nosotros mismos.

Si eres una persona honesta, transparente y que busca relaciones genuinas, darás por hecho que la persona amable que acabas de conocer tiene las mismas intenciones. Si te das a los demás sin límites, esperas que los demás hagan igual por ti.


La respuesta no es obviamente no confiar en los demás para “no sufrir”, por esa regla de tres “no tengas nunca pareja porque te van a romper el corazón”.

Para que algo sea bueno debe tener su lado negativo. Comer es un placer, pero la comida puede llegar a sentarte mal. Las relaciones de pareja son hermosas, pero también pueden resultar tóxicas.


Huyendo del sufrimiento solo conseguimos aislarnos de la vida, del mundo, de nuestro alrededor…

De hecho, es el huir del sufrimiento y no aceptar que el sufrimiento es parte de la vida, lo que crea la patología.

La solución no es “no tener relación con el exterior para que no me decepcionen”. La solución es aprender a evaluar correctamente a los demás y no dar por hecho que son como tú y esperar todo de ellos.

No todas las personas están preparadas para darnos lo mismo, ni todas las personas quieren darnos lo mismo. Y eso está bien.

¿Crees que, si se acerca alguien por la calle y te pidiera dinero con toda su buena intención, tendrías obligación de dárselo? ¿No verdad? No pasa nada. Eres libre de responder como quieras ante los demás.


Por otro lado, cuando hablamos de cada una de las personas que nos rodean, no todas tienen la misma inteligencia emocional, ni la capacidad para responder eficientemente. Dentro de esto podemos hablar de la empatía o la capacidad de hablar de las emociones.

¿No te ha pasado nunca que quieres compartir algo con alguien, se lo cuentas y acabas peor que al principio porque te da la sensación de que no te escuchó, no te entendió o parece que no le importa? Probablemente no sepa atender las emociones de los demás.

Es importante evaluar a las personas de las que nos rodeamos para no desgastarnos, y esperar de ellos solo lo que nos pueden ofrecer.

Hay amistades y relaciones sociales de todo tipo. Desde aquellas en las que puedes contar 100% para todo y después de estar con ellas te encuentras infinitamente mejor, otras con las que puedes contar a menudo (aunque sabes que hay ciertas cosas que no se les puede pedir) y las amistades que son solo para tomar café.


Si tienes un compañero de trabajo con el que solo vas a tomar café y le cuentas lo mal que lo estás pasando, que necesitas ayuda y le pides ayuda. Puede que esa persona se agobie, se sobrecargue y te de excusas. Entonces tú te decepcionarás. Pero si hubieras sabido que esa persona está únicamente para tomar café, no se lo hubieras pedido. Esa persona solo tiene en tu vida la función de pasar un rato agradable.


Puede que un amigo que acabas de conocer en el gimnasio necesite ayuda y tú te prestes con toda tu buena voluntad, pero nunca recibirás favores a cambio. Cuando te haga falta el no estará pues vuestra relación se limitaba a las clases de power. Y te decepcionas nuevamente porque esperabas ser correspondido al mismo nivel “le ayudé en tal ocasión y ahora que lo necesito yo pasa de mi”. Si hubieras dado sabiendo que no recibirás nada a cambio, no te hubieras decepcionado. Esto no significa que des para que te devuelvan, pero sí que mires por ti y en quién inviertes tu tiempo.


Debes poder clasificar a las personas en 3 grados y en función de eso valorar que esperar de ellos. Si esa persona te “decepciona” reflexiona a que se debe. Y vuelve a evaluar en qué posición la tienes y en cual debería estar.

Pero desde luego la solución no es irse al tibet para disfrutar de la iluminadora soledad.


Las relaciones interpersonales no son fáciles, pero es lo que da alegría a nuestra vida. No te pierdas lo mejor de estar en compañía.

Las decepciones se superan y siempre hay gente buena por descubrir.

Estoy a tu plena disposición, si necesitas hablar con un profesional, pide una cita online conmigo.

Lo que es importante para ti es importante para mi.


Deborah Godden


85 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page