29 ene 20204 Min. de lectura

El ciclo interminable del maltrato

Actualizado: 1 feb 2020

Más de una vez he escuchado “pero si le está tratando mal, que lo deje. Le están maltratando porque ella lo está permitiendo”. Entiendo esta reflexión, pero está muy lejos de ser acertada, es demasiado reduccionista.

Es verdad que para cambiar nuestra situación debemos tomar una actitud responsable y decidir salir de ella, dar el primer paso. Pero no es tan fácil como lo pintan los espectadores ajenos a la persona que sufre una situación de maltrato.

Para entender esto un poquito mejor voy a explicar lo que es el ciclo del maltrato:

Como bien indica el nombre, es un ciclo. Fases que se repiten de manera cíclica.

Fase 1:

Esta fase es la llamada “Fase de calma” donde todo aparenta ser más o menos normal y estable.

Fase 2:

Llamada “Fase de acumulación de tensión”. En ella empiezan a haber tensiones por discusiones donde el agresor comienza (como yo digo) “a calentar motores”, es una fase continua de devaluación a través de menosprecios, sarcasmos, ostracismo, demandas sin sentido, reproches, luz de gas, amenaza… Hasta que llega el momento de la explosión (fase 3).

Fase 3:

Llamada “Fase de la explosión”. En esta ocurren de manera muy clara la agresión psicológica, física y/o sexual.

Las acciones descritas en la fase 2 también se consideran maltratos, pero la víctima suele justificar esas acciones y verlas como “no tan malas, o más normales dentro de la pareja” (aunque esos comportamientos no se deben permitir en ninguna de nuestras relaciones interpersonales).

En la fase 2 la víctima intenta controlar todo lo posible sus acciones para evitar provocar al agresor, porque la victima (según el agresor) tiene la culpa de todo “me pones de los nervios” “no está hecha la comida, ya se me atrasa el día, por tu culpa ya comienzo mal el día” “te grito porque me provocas” y un largo etcétera…

Que la víctima evite el conflicto no servirá de nada, todo le vendrá mal al agresor por algún motivo si este lo considera oportuno, o decide tener un mal día.

La Fase dos es la más larga mientras que la fase 3 aunque más corta es mucho más intensa, esta es la que hace a muchas personas decidirse en poner una denuncia.

Fase 4:

Denominada nada más y nada menos que “Luna de miel”. En esta fase el agresor es la persona más dulce y más agradable que existe. En esta fase pide perdón, hace mil regalos y promete que jamás volverá a pasar lo mismo, que va a cambiar, que va a buscar ayuda. Lo que hace que la víctima se confíe y vuelva a caer en el ciclo.

*Además de acentuar la sensación de la víctima de estar “volviéndose loca” porque no sabe si el es bueno o malo por las subidas y bajadas continuas. Y por sucumbir a la pena que le produce el victimismo realizado pro el agresor durante la fase 4.

Con frecuencia los agresores hacen uso de la manipulación “te necesito” no me dejes en mi peor momento” “tu me haces querer ser mejor persona” “si me dejas me muero, no soy nadie sin ti”… Pero para nada, porque en breve comenzará de nuevo la fase 1 y vuelta a empezar.

¿Y por qué no dejan al agresor al ver que se repite el ciclo?

Por múltiple motivos:

Miedo a la reacción del agresor si se van. Si mira como se pone porque no esté todo en su correcto lugar, imagínate que las víctimas desaparecieran.
Se autoconvencen de que es culpa de ellos mismos (las victimas) porque no hacen más que provocar al agresor, que en realidad es buena persona (porque en la luna de miel son un encanto)
Porque sufrieron maltrato en el seno familiar y ven este tipo de actitudes como las esperadas en una pareja.
Por miedo a no encontrar algo mejor pero como dice el refrán “mejor malo conocido que bueno por conocer”
Por dependencia económica. Que el agresor trabaje y la víctima no.

¿Cómo puedo apoyar a la víctima?

La manera de apoyar a una persona maltratada es haciéndole consciente de que esto no va a cambiar, y estar ahí para que en el momento en que decida hacerlo tenga apoyo. Pero nunca hacerla sentir estúpida (aunque sea lo primero que se te venga a la cabeza) porque se alejará de ti. Todos necesitan un proceso. Si la presionas para acabar, volverá con ella al cabo del tiempo.

Por ello la solución no es hacerlo por ellos, si no darles las herramientas necesarias para que las víctimas actúen por ellas mismas, solo así el cambio será duradero.

En primer lugar, anima a tu conocido a pedir ayuda y llamar al 016. Ofrécete para acompañarle a lo largo de todo el proceso. Si aún así está reticente a tomar la decisión de dejar la relación, una buena opción es, ir a algún taller del Instituto de la mujer junto con la víctima.

Tampoco está de más aconsejarle terapia para mejorar su estado emocional. La terapia irá inevitablemente derivando en un enfoque hacia el tratamiento del maltrato.